jueves, 22 de noviembre de 2018

Hablemos de tíos.

Cuando dejé de salir con las niñas del colegio y empecé a ir a otro pueblo a bares y discotecas conocí a un chico portugués. Cosa de dos morreos, pero me enamoré. O bueno, en este momento diría mejor que me encapriché. Nos dimos el número y de vez en cuando nos mandábamos mensajitos. Yo, a mis 16 años, lo tenía en un pedestal. Y ahora, que tengo en mi mente grabada una foto que tenía de él, puedo decir que era horrible, aparte de lerdo perdido. Pero yo que se, supongo que fue el primero que me hizo un poco de caso o no sé que viento me sopló, que un día, me acuerdo, íbamos a quedar. Él vivía en un pueblo al que no había bus, pero tenía coche. Así que quedamos en el pueblo donde íbamos de bares, yo bajaba en bus y él se acercaba en coche. Me acuerdo que salí de casa después de estar mil vidas arreglándome. Iba de camino al bus cuando me dijo que no iría. No lo volví a ver. Mi primer plantón. De nuevo, puedo decir, que las primeras experiencias en cosa de amores, empezaron mal como todas las demás relaciones.

Más adelante, cuando se me pasó la tontería del portugués, conocí a otro chico. Sí, en aquel entonces, con la hermana de la que era de mi cole, salía cada sábado a emborracharme, conocía gente y tal. Empezamos a salir. Se llamaba Mikel. Con Mikel fue mi primer todo. Mi primer polvo, mis primeras vacaciones en pareja, y mi primera vez que me rompían el corazón en mil pedacitos. Lo quise de verdad. Pero discutíamos mucho. Y con él conocí por primera vez esa sensación de certeza que más tarde volvería a sentir en más de una ocasión, de saber en el fondo que éste no era para mí. Pero terminaba aferrada a esa rutina, por huir de la soledad, o seguir por seguir, ignorando que en el fondo sabía que no tenía un futuro con esa persona, o más bien, que no quería un futuro con esa persona. No sé porqué lo hacía, y seguí haciéndolo. ¿No es acaso inútil? ¿Saber y no actuar? La primera vez vale... pero veréis cómo más tarde la historia se repite. Al final, de tantas discusiones, de piques absurdos por parte de ambos... Mikel me dejó. Él dice que lo dejamos entre ambos, pero yo jamás quise dejarlo. Gilipollas. Porque sabía que eso no tenía futuro. Pues lloré a mares. Y tiempo después, digo tiempo, no recuerdo cuánto, pero serían meses, volví a coincidir con él en un bar y nos volvimos a liar. Y volví a llorar mares después. Que no aprendo vaya. Éste fue el tío con el que peor pasé. Supongo que porque fue el primero. Un par de años duraríamos entre dejar, volver, hacer el tonto y separarnos definitivamente. Estaba en la uni en aquella época, a mitad de carrera o así, por eso que La Juani fue un escape a mi mierda en ese momento. Unos 20 años tendría.

Después pasé mil vidas sin nadie. Años. Pero nadie digo, que ni líos de una noche. Eso lo voy a confesar desde ya aunque sea muy penoso: Hasta mis 31 años que tengo en este momento, JAMÁS me acosté con nadie de recién conocido. Un aquí te pillo aquí te mato, vaya. Nunca. ¿Sabéis con quién fue la primera vez? Con Ander. Bueno, que tampoco cuenta porque encima, no teníamos condones y no follamos. Pero para mí esa noche fue como haber superado una barrera grande de mi vida, que fue la de ir a conciencia a casa de un tío a echar un polvo. He de decir que iba demasiado borracha, y que cuando me besó por primera vez en el bar pensé que me iba a dejar llevar. Y lo hice, pero después no fue por decisión, fue más bien porque estaba tan ciega, que se me perdió por el camino hasta la mínima vergüenza que me podía quedar. Pero de Ander hablaré a lo último.

Después de Mikel, y con la soledad, vino mi vida cibernética. Conocí a un chico de Málaga. Supongo que la falta de cariño me hizo quedarme prendada por un amor cibernético. Rídallahg. Hasta los huesos terminé. Pero fue más bien encaprichamiento. Y se enquistó como una espinita durante tiempo. También desapareció.

Un día estando de ciego por los bares, conocí a otro tío. Gaizka se llamaba. Y os cuento cómo fue el sábado ese, porque como soy gilipollas y no veo las cosas antes, pasé los siguientes dos años de mi vida con él para terminar asqueada. Os cuento: Conocimos al pavo este, yo iba de fiesta con Jeny. En esa época sólo salíamos las dos, ya la gente empezaba a echarse novios y a no salir, así que era la única con la que salía de fiesta. Nos íbamos por ahí a emborracharnos las dos solas y a conocer peña, nos juntábamos a cualquiera. Pues este tío se nos pegó como una lapa. Era alguien que se las daba de saber de todo, de amable y caballeroso... Yo iba ciega o se me habían frito todas las neuronas o no sé, pero el tipo insistió en acompañarnos practicamente hasta casa cuando su casa estaba en dirección contraria. No había manera de echarlo. La insistencia. Desde que le conocí he acabado odiando la maldita insistencia. Como soy medio mongola como ya he dicho, me daba pena el chaval, porque no tenía bus hasta las mil para volver, así que le llevé yo a casa. Fui a la mía, me di una cucha para que se me pasara el ciego un poco, comí algo y fui a llevarlo. Ahí empezamos a salir. Y en serio, me gustaba el tío, en parte. Y había cosas que no. Para empezar la insistencia. Supongo que necesitaba a alguien o qué se yo, la calidez que da un abrazo o el tener a alguien... Nos lo pasábamos bien. Pero el sexo era pésimo. Y por ciertas cosas que hacía, que hasta me da vergüenza volver a recordarlo, terminé por cogerle asco. Sí, así tal cual, que suena fatal, pero terminé cogiéndole asco. Después de dos largos años, de nuevo tras sentir la certeza en el fondo de que éste tío no era para mí, lo dejé. No lloré nada. No lo eché de menos. Más que nada porque en ese momento mi corazoncillo era de otro.

26 años. Con Gaizka fui a muchos conciertos. Me encanta la fotografía. Sacaba fotos a los cantantes. Lo disfrutaba. Una vez nos fuimos a Alicante, a ver un concierto donde se juntaban muchos raperos. Saqué mil fotos. Los colgué públicamente en el facebook para que los cogieran si los querían, y así empecé a hablar con un Dj. Lo llamaremos Chico de Bolsillo. Mayor que yo, hablábamos todos los días. Me reía todos los días. Y fui a Alicante a verlo. Bajé para una semana. Él vivía con su madre así que me fui a un hotel. Con dos huevos, la primera vez que me iba yo sola tan lejos. Pues quedamos, nos liamos, fuimos a mi hotel, le dije que se quedara a pasar la noche conmigo esos días. ¿Sabéis qué me contestó? Que había quedado a cenar con su madre. Se fue. En serio. Fui a Alicante a verlo, y él se quedó con su madre. Volví contrariada. Me gustó de verdad, me pillé por un tío que pasó de mí. Seguíamos hablando a diario. A mí se me caían las bragas por él. ¿Hasta que sabéis que? Se repite el patrón. Desapareció. Me arrastré como no lo hice nunca. Le pregunté porqué. Necesitaba saberlo, en serio. Le rogué que me hablara. Así, como lo leeis.¿Por qué dejó de hablarme así sin más? Lloré mucho. De verdad que me enamoré ciegamente de este tío. Hubiera dado cualquier cosa por volver a verlo.Resultado de imagen de heart broken

En ese tiempo , cuando estaba hundida en toda la mierda, me empezó a hablar otro rapero de los del concierto por el tema de las fotos. Y hablábamos a diario. Y era amable. Y me hacía estar bien. Pues como buen ser humano que tropieza 2 veces en la misma piedra, ahí fui, a repetir el mismo error. Cuando estaba decidida a ir a verlo me escribió Chico de Bolsillo. Que había sentido miedo, que le gustaba, que lo sentía. Se me revolvió todo. Volví a llorar por lo que creía que estaba enterrado. Pero ya me la jugó una vez. No más. Pasé de él. Le dije que me había hundido en la mierda cuando estaba dispuesta a darselo todo, que  no volvería a hacerme jamás lo mismo. Y fui a Alicante a ver a Ale. Volví y seguimos en contacto. Me pillé por él, pero no como con Chico de Bolsillo. La sombra de ese sentimiento siempre me ha perseguido, hasta el día de hoy (procesos que no se cierran. Chico de Bolsillo saldrá de mi incertidumbre el día que lo tenga cara a cara. Para despedirme de verdad). Eso fue en verano. Quise volver a bajar a verlo por las fechas previas a navidad, por octubre o noviembre, ya que yo siemrpe trabajaba festivos y ese tipo de fechas y sino no podría. Me dijo que hasta después de navidad no quería verme. Le preguntaba por qué, pero no había más respuesta que por sus huevos. Me hizo un huevo de daño eso, en serio. Tenía que haber pasado de él en ese momento pero como soy gilipollas me esperé. De nuevo arrastrándome. Y encima que bajaba yo. Después teníamos planeado vernos por febrero o así, comienzos de año era, y justo me llamaron para una baja. Se nos jodió el plan. Le eché en cara el no habernos visto en las fechas que podía haber bajado. Me dijo que se arrepentía. A buenas horas. Ese suceso me marcó bastante, lo bajó del pedestal. La sombra del rechazo acechando. Aun así, durante un par de años seguimos viéndonos. Bajaba yo, subía él, quedábamos a mitad de camino... De nuevo, el sexo era una mierda. Resulta que hasta conocerme a mí nunca había tenido ningún problema con ninguna y conmigo o se corria en un suspiro, o directamente, ni se empalmaba. Eso a lo último ya. Perfecto. Terminé por asquearme de tener una pareja a distancia, que encima ni pa echar un polvo en condiciones. Le dije que se acabó. Hemos seguido quedando, de hecho, este año fui con él a Berlín de vacaciones, tenemos la misma afición de la fotografía... Nos llevamos genial. Yo creo que aun siente algo por mí, me manda regalos con targetas que dicen que me quiere... yo terminé desencantada. No siento nada en ese sentido. Y después del viaje de Berlín me dijo que no le toqué ni con un palo. Si es que normal. Tocar pa nah, manda huevos. Y siempre le he dejado claro que no tenemos un futuro. Que fuera de una amistad, que jamás dejará de ser una persona especial, no habrá nada.

Y llega el día que me pillo un ciego del quince con una chica de mi trabajo, termina presentándome a Ander, y amanezco en un sitio desconocido, un tio que no conozco y sin acordarme de nada. Sólo flashazos. Pero agradables. Y el resto escrito está en post anteriores.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

I´m Sorry

Desde aquí quiero decirte que lo siento. Me respondo tus preguntas. A mí misma, ya que a tí no pude respondértelas. No sé qué me pasa, pe...