domingo, 28 de octubre de 2018

Nieva, Ismael Serrano.


Me apetece compartir esta canción, me da nostalgia. Es una melodía que me entra hasta dentro, una letra que me pesa.  "...Y nieva sobre mi espalda cansada, sobre mi casa atrapada, en la bola de cristal, que la soledad agita.... cuando todo se termina, cuando todo acaba mal..." Es exactamente lo que me describe en este momento. 

Siento que he fracasado en todos los aspectos de la vida. En las amistades ausentes. En el ámbito laboral, que no sé qué hacer, me siento perdida. En el amor, la incapacidad de ser normal. Ahuyentar. A todo, a todos. Porque me asusta el dolor. Porque me asusta el abandono. Me da miedo encontrar una persona con la que conecte y que desaparezca. De nuevo. Acostumbrarte a la calidez que te ofrece la amistad de alguien y que se esfume de la noche a la mañana. Y verte de nuevo atrapada en una bola de cristal que la soledad agita. 

Convertir la soledad en tu mundo es fácil. Lo difícil es que entre alguien en ella, que se asome y que vea la basura que se esconde dentro de ti. Disimular, intentar parecer normal, mostrar interés por cosas triviales que le gustan a la gente, hablar de nimiedades que no te quitan el sueño porque es lo que se hace. Y de repente, sin que entre en tus planes, verte desnuda ante alguien que quieres que te toque, que te abrace, que desempolva el recuerdo del último abrazo hace años. Que te hace de nuevo añorar un beso, necesitar de la calidez de sus manos, desear escuchar una voz que te susurre que te desea. 

Y es entonces cuando aparece el miedo. Lo que empieza como un juego sin importancia te asusta. Te remueve los cimientos y te hace temblar. Y es entonces, aun en contra de lo que verdaderamente quieres, el momento de desaparecer. Despedirse de un estrepitoso final. Volver a la zona de confort, a morir en vida. Porque vivir con dolor pesa. Porque no sentir es mejor que llorar.

Sin darme cuenta.

Ya no me acuerdo de la última vez que me sentí como ahora: entre la espada y la pared. Entre el deseo y miedo de ir adelante, con las más que probables posibilidades de darme un morrazo y la retirada a tiempo.

Joder, sin darme cuenta, veo que han pasado algo más que 20 días que hablo cada día con Ander. Pero hablamos de gilipolleces, nada personal. Se ha convertido en mi último pensamiento de la noche y el primero al levantarme. Sin darme cuenta, veo que llevo como una semana o más dejándole un mensaje de buenos días. Sin darme cuenta, cojo el móvil mil veces al día por si me ha escrito algo aun sabiendo que no será así. Sin darme cuenta, me veo reprimiendo mis ganas de escribirle otra vez. Sin darme cuenta, tengo ganas de llorar. Me siento mierda de nuevo. Ese sentimiento que siempre ha estado ahí, que se acentúa de nuevo para intentar disimular y aparentar ser mejor.

Me está gustando demasiado. Y como es lógico, no es recíproco. Sí, me responde cuando le escribo. Pero nunca una conversación fluida, pocas veces es así. El otro día me decidí a no volver a dejarle mensajes de buenos días. Me siento absurda. Y por primera vez, me los dio él. Nunca lo hace. Ese día, casualidad, lo hizo.

Tengo ganas de verlo, sólo nos hemos visto dos veces, y de la primera ni me acuerdo. La segunda... fui totalmente gilipollas. Se me evaporaban los nervios por cada poro de mi cuerpo. Lógico también que no quiera volver a quedar. Si lo vierais, lo entenderiais. 

Resultado de imagen de hands

Foto: https://unsplash.com/@josephyates_

Y el viernes, después de haber pensado en alejarme un poco antes de pillarme los dedos con él, me animé a decirle de quedar este fin de semana. (Sí, soy como una veleta, cambio de opinión a cada rato). Me dijo que tenía trabajos que hacer, que el sábado no, pero tal vez el domingo sí, que ya lo hiriamos hablando. Y es domingo. Y no le di los buenos días. Supongo que quiero ver que tengo que alejarme, porque si yo no le hablo, él no lo hace. Porque no quiero engancharme a alguien con quien no tengo absolutamente nada que hacer. Y son las 17h casi. Y no me escribió en todo el día. Supongo que esperé demasiado un mensaje suyo diciéndome de quedar para tomar un café. Sólo imaginarme tener su sonrisa delante mío de nuevo me vuelve loca. Los besos más dulces de mi vida han salido de esa boca.

Supongo que esto me viene bien. Para dejar de arrastrarme. Para que no duela después. Mejor quedarme sin ilusión ahora y no después con el corazón en mil pedazos. Porque no quiero llorar. Llevo mucho tiempo sin hacerlo, y hay días que sin motivo concreto alguno, se me hace un nudo en el estómago. Que sólo quiero llorar y no me sale. Se me olvidó. 

viernes, 26 de octubre de 2018

Cambios

Sí, la constancia no es lo mío. 

Sólo me da por visitar el blog cuando ya la necesidad me obliga a despojarme de todas las palabras y sentimientos que golpean mi cerebro. 

Ultimamente ha habido ciertos cambios en mi vida. Para empezar: 

Dejé el trabajo en la residencia de ancianos donde he estado cubriendo bajas y vacaciones los últimos tres años. Acabé a hostias. Me cansé de que me vacilaran a la puta cara. No sé, pero en todas partes me ven cara de gilipollas o algo. El tema es que mis condiciones laborales eran ofrecer disponibilidad 100% para cubrir vacaciones y bajas que surgieran, sin derecho a vacaciones en días pero sí remunerado, trabajando los días que nadie quiere currar. Total, que al final no me pagaban tampoco las vacaciones, me decían que mis días libres eran mis vacaciones, y me harté. Me mentían a la cara, me decían que me los pagarían, y después que ellos no habían dicho nada de eso en las reuniones.. Así que en pleno agosto me fui. Me sindiqué, y les puse una demanda. Lo más triste: Mi supervisora, que nada tiene que ver con el tema de los pagos, lo único que me dijo cuando le informé que renunciaba al contrato fue que me quedara hasta septiembre, que después ya se arreglaría para cubrir lo que surgiera. No me preguntó ni porqué decidí irme así de repente, ni nada. Sólo le importó que me quedara hasta que todas se hubieran ido de vacaciones. Mira que me lo habían advertido, que me la iba a jugar, pero me llevaba bien con ella. Ahí me demostró que no era recíproco.  Tengo pocas posibilidades de ganarle el juicio a una institución tan grande, pero me da igual, iré hasta el final. Por lo menos me quiero quedar agusto, tocando los cojones a más no poder, aunque tenga que pagar las costas al final.

Perdí el único amigo que tenía. GK era la única persona con la que salía a dar una vuelta, a emborracharnos, de compras, al bar a hablar... Lo más parecido a un amigo, vaya. Más constante. Pero hacía tiempo ya que cada vez que salíamos y nos emborrachábamos, siempre me montaba alguna. En fiestas por ejemplo, en la barra del bar al ir a pedir un trago, el chico que estaba al lado mío pidiendo bebida me habló, sin más, cualquier chorrada de buenas maneras, y ya venía él a partirle la cara. Este verano, las dos últimas fiestas, vino otro conocido mío también. GK todo el rato con cara de perro, que si me quería liar con él, que si tal y cual... total, que después de dormir la mona los 3 en mi coche, el otro se fue para su casa en su coche y GK y yo en el mío, sacó una foto nuestra con mi móvil, me dijo que se lo iba a mandar a él para tenerlo, y cuando le dejé en su casa miré el teléfono y vi 2 cosas que no me gustaron en absoluto: La foto nuestra se lo mandó al otro chico desde mi móvil como si se lo hubiera mandado yo. Cuando desbloqueé el teléfono, estaba abierta la conversación de whatsapp con Ale, el chico con el que estuve liada hace tiempo y con el cual mantengo una relación de amistad ahora. No le mencioné nada de esto, me hice la sueca, y al de dos semanas o así vinieron las fiestas de otra ciudad, fui con él y con Jeny y Luna. Al rato aparecieron el novio de Luna y sus amigos y GK con cara de perro, mirándolos mal cuando me hablaban. Empezó a dar la nota, se iba y volvía...Me amargó la noche a mí y a los otros chicos los dejó flipando. Ese día, cortamos ya todo tipo de relación. El tema era que él quería algo más que amistad, yo pasaba del tema, no me gustaba en absoluto en ese sentido, y eso lo dejé claro de primeras. Así que se acabó.

Me matriculé a hacer una FP de técnico sanitario. Ambulanciera de toda la vida, vaya. Llevo tanto tiempo en residencia de ancianos que ya he perdido todos los conocimientos como enfermera en un ámbito hospitalario. Vamos, que me sacas de los abueletes, y me pierdo. Así que no quiero trabajar como enfermera, no me veo capaz. Me apunté a hacer este grado medio para poder trabajar en un puesto de menor responsabilidad pero haciendo lo que me gusta, que es la urgencia. Me apunté como voluntaria a la cruz roja, para ir cogiendo mano, pero al ser enfermera, me meten marrones de ser yo la responsable y  eso me echa atrás a la hora de escoger preventivos donde no hay enfermeros. Así que he decidido que sólo iré a un preventivo si hay otro enfermero, ya que mi primer día me dejaron el pastel, y menos mal que no era nada grave. Me dejaron entre la espada y la pared y me faltó poco para desapuntarme y no volver.

En clase, este año, parece ser que se han apuntado gente muy joven, porque los que están haciendo ya el segundo curso son gente más mayor. Estoy con adolescentes pajeros que no callan y tocan las pelotas en clase. Y los profesores están un poco hasta las narices del tema también, y se nota en el ambiente. Otro sitio en el que no encajo.Aunque va pasando el tiempo y al tiempo que nos vamos conociendo, parece que algo están mejorando, pero buff,.... hubiera preferido gente de más edad.

Estoy echando curriculums en hospitales como auxiliar de enfermería, que también tengo el título. Pero me dicen siempre que auxiliares no les hacen falta, que quieren enfermeras. Y estoy harta de dar siempre las mismas explicaciones. Que paso de ser otro número de contrato más en un puesto que no controlo. ¿Que la gente va así, sin tener puta idea de lo que hace? Pues sí. Pero yo no quiero eso. NO QUIERO. Y me harta tener que estar siempre diciendo lo mismo. ¿No hay un puto trabajo, el que sea, que no sea como enfermera? Joder, hostias. 

Ander. Es un amigo de una enfermera con la que trabajé en la residencia. Esta chica me invitó en las fiestas de su pueblo hace como 3 semanas, y que durmiera en su casa la mona antes de coger el coche. El primer finde me rajé. Mi vena antisocial. Ir con una chica que conozco y las demás no, estar ahí de pegote, no me hace gracia. Me rajé pero me arrepentí a la vez. Al siguiente finde sí que fui. Me dije, venga, total, llevo el coche, si veo que tengo la necesidad de salir de ahí puedo ir a mi zona de confort, meterme al coche y ya. Me llevaba bien con ella en el curro, siempre me hablaba de un amigo que tenía, mazado, guapete, majo y soltero. Otra compañera y yo le decíamos que sería gay, porque alguien así, hetero y soltero era imposible. O gay o ocupado. Inalcanzable. Esa noche pude ponerle cara. Cara y cuerpazo. Lo vimos en uno de los bares y me lo presentó. Yo llevaba un ciego del quince, es malo beberte un chupito de tekila antes de cada cubata de vodka o ginebra. A partir de ese bar tengo pocos recuerdos. Pero los que tengo son buenos. Mi primer recuerdo es en el bar, mi amiga desapareció por un tiempo, le preguntaba a Ander a dónde había ido, y me besó. Súper cálido. Después salimos del bar a la calle. Allí estaba mi amiga. Y tengo la imagen de su mano cogiendo la mia, entre un montón de gente, solo nuestras manos. El siguiente recuerdo es en su casa. ¿Cómo llegué allí? Ni idea. No me acuerdo si fui yo o fue él quien me desnudó. Sólo recuerdo su cuerpo encima del mío, buscando condones en las mesitas de noche, y que no tenía ninguno. Manda huevos!! Era la primera vez en mi vida que conocía a un tío y me liaba con él la misma noche. Era porque iba ciega, ya os lo digo yo, sino no hubiera ido. Nunca he tenido dos huevos de hacer eso. Desnudarme ante alguien que no conozco, me da muy mal rollo. Pero no tengo mal recuerdo de esa noche, tengo la sensación de haber estado agusto con él. Me desperté a las 8h, en un sitio que no era mi casa, en bolas, al lado de un tio 10 y sin acordarme de nada. Menudo percal. Y como supongo que imagináis, me marché. Mi vena antisocial. Me agobié de la situación de no saber ni cómo había llegado allí, ni lo que pude decir o hacer.  Pero se me quedó grabado la imagen de su mano cogiendo la mia. Y su sonrisa. Esa comisura que al sonreír me volvía tan loca. Y estos días me ha estado hablando, mensajitos que hacen que mi día sea mejor. Mensajitos que han hecho que me haya tenido que controlar para no mandarle a la mierda. Decir adiós. Porque siento que con este chico podría pillarme los dedos. Es majísimo. 



Lo vi de nuevo el sábado pasado. Ese encuentro da para otro post. No por romántico, sino por lo ridículo de la situación. 

I´m Sorry

Desde aquí quiero decirte que lo siento. Me respondo tus preguntas. A mí misma, ya que a tí no pude respondértelas. No sé qué me pasa, pe...