martes, 4 de diciembre de 2018

Cuando vales mucho pero nunca lo suficiente.

¿Cuántos litros se lloran hasta que se agotan las lágrimas? ¿Cuánto tiempo tiene que pasar hasta que el corazón se anestesie otra vez? ¿Cuánto más tiene que tensarse el nudo en el pecho para que deje de sentir?

Ya está. Se acabó. Forma parte del pasado, como mi sonrisa, que se la ha llevado con él. Y aquí estoy, asumiendo otro nuevo fracaso. Porque parece que siempre valgo mucho para todo el mundo, pero nunca lo suficiente. Parece que me merezco tener a alguien, pero quien lo dice se va. Necesito escapar, irme, desaparecer. Me agobia todo. Ayer que las lágrimas se peleaban por deslizarse por mis mejillas a cada rato, solo deseaba estar sola. Incongruencias. Estar sola para llorar. Pero a la vez necesitada de un abrazo, de esos largos, en los que te acurrucas y ves el tiempo pasar. 

El domingo me escribió Ander, ahora sí, por última vez. Va y viene, pisoteando las pocas ilusiones que me quedan. Y estaba decidida a decirle que se marchara. Que lo soltaba, que me dolía su ausencia. Joder, ¿tanto le cuesta entender que lo quiero presente en mi día a día? ¿ Acaso no deduce que si alguien te manda los buenos días todos los días, te pregunta por cómo le fue todo, por cómo está su perra enferma, es porque se interesa por él? Pues parece que no. Hombres. 

- ¿Qué tal? ¿Todo bien?- Me escribe, tras pasar algunos días, de nuevo, sin dar señales de vida.
- ¿Me vas a contar qué te ha pasado o qué hice para que te distanciaras tanto desde la última vez que me dijiste de quedar? - reúno el valor de preguntarle por enésima vez.
- De verdad que no me pasa nada, no es que tu hayas dicho nada o que yo haya cambiado mi punto de vista hacia ti. Ultimamente hemos hablado poco porque he dejado a un lado el móvil porque he estado ocupado con mucho trabajo, por nada más. Perdona. - ¿En serio? Joder, podría haber dicho que andaba agobiado y que en unos días quería estar tranquilo, yo que sé.
- No importa. Te agradecería que no volvieras a escribirme. Cuidate mucho. 😘
- 😥 Perdona si me he portado tan mal, no quiero hacerte nada malo a ti.
- Tranquilo, no has hecho nada. No tienes ningún compromiso ni nada. Culpa mía.
- ¿Tuya por qué?
- Por no marcharme antes. Me pillé los dedos y me quedé chafadilla cuando desapareciste. Sin más. No le des más vueltas. Cuidate.
- Joder Miss Black Widow, ¿pero he desaparecido?
- Déjalo, no importa.
- Bueno, lo respeto. Pues me ha gustado mucho conocerte 😥
- No lo creo 😉
- Joder, ¿pero porqué no me crees? ¿Para qué iba a mentirte?
- No sé, perdona. Será verdad, sin más.
- Tal vez no hayas encontrado en mi persona lo que necesitas. Alguien con más contacto. Eso también puede ser y lo acepto.
- No quiero encontrar nada ni nadie. 
- Pues te lo mereces.
- No pensamos igual.
- Pues quítate eso de la cabeza. Vales mucho.

El domingo por la noche terminé de nuevo añadiendo otro fracaso al gran listado, eso sí, valiendo mucho y mereciéndome a alguien. Pero joder, que no quiero a nadie más que a él. Será que si merezco tanto o valgo tanto al menos habría intentado ceder un poco, ¿no? ¿Mostrar un poco más de interés? Sólo un lo entiendo y te dejo ir. Así.



Ayer fue un día de mierda. No fui a clase, por la mañana hice unos encargos que tenía y después hasta la noche no tenía nada que hacer, antes de ir al gym a las 20h . Se me caían las paredes encima.  Era incapaz de pensar en algo que no fuera en él. Cogí las cosas del gym y bajé a la ciudad a dar una vuelta la tarde entera. En una de estas, en una calle llena de gente, me entró tal agobio que sentí que no podía respirar, solo quería llorar, desaparecer, irme de allí, era como una opresión en el pecho que me paralizaba. 

Fui al gym. De camino en el coche lloré. Lloré mucho. Y fui al gym anestesiada. Cuando notas los ojos secos, hinchados, la mente en otro lado, el cuerpo con cosquilleo. Una chica, con la que fui al combate, varias veces me preguntó si estaba bien. Yo solo rezaba para que no siguiera, sacaba fuerza para decir un sí, y seguir con lo que estábamos haciendo. A cada pregunta, me tenía que aguantar las ganas de llorar. Ayer estuve hecho mierda. Hacía tiempo que no me sentía tan mal. Hoy me levanté mejor, aunque los impulsos de volver a leerlo, de abrir su conversación, de ver si me escribió algo, la absurda esperanza de que venga a buscarme, de un "Hola, ¿quedamos y hablamos?". No sé, aunque solo sea para cerrar el capítulo en condiciones. Verlo por ultima vez. Decir Adiós.

2 comentarios:

  1. Lamento leerte así.

    Hola, soy Nova, te había dejado otros comentarios en tus entradas anteriores pero OBVIO COMO TODO ME SALE BIEN no se mandaban (temas del navegador). Espero que este sí te llegue (?

    En fin, es un dolor muy especial el que te deja otra persona, es como un puñal helado en medio del pecho. No puedo decirte nada que ahora pueda cambiar algo, sólo que espero que todo se alivie con el tiempo.

    Un cariño.

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  2. Es triste saberte así.

    Me veo tan retratada. Y ese asunto de "vales mucho, sólo que de pronto la persona no soy yo" ...me saca de mis casillas. Supongo que creen que están ayudando o lo sacan del manual de "¡Cómo terminar de sacarte de encima (decentemente) a esa mina que ya te aburrió!"

    Ojalá tengas fuerza de voluntad para no escribirle de nuevo.

    Agarra tiempo para ti. Enciérrate en tu cuarto, en el baño, sola, o con una amiga de gran confianza, si la tienes (no era mi caso), que sepa del caso y simplemente apoye sin juzgar, sin analizar, mucho menos sin tratar de justificarlo. Llora, llora y llora, hasta que se te pasen las ganas de escribirle de nuevo.

    Más aún, ¡llora hasta que se te pasen las ganas de que él te vuelva a escribir!

    Y serás nuevamente dueña de tus sentidos y acciones de verdad verdad.

    ¡Ánimo!

    https://casisolomia.blogspot.com

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