viernes, 7 de febrero de 2020

Vacío. Fin de otra etapa.

La inconstancia, como siempre, presente en mí. 

Llegó el día que tanto quería y a la vez temía. A partes iguales. Desprenderse de la rutina, por mala o tediosa que sea, implica un cambio. Adaptación. Ese nudo en el pecho. Esas ganas de llorar. Ese vacío de verte vacía de nuevo. Esa sensación tan conocida.

Hoy fue el último día de clase. El último examen en ese instituto que más parece un circo. Todo aprobado, pero con esfuerzo. Con horas sin dormir, compaginando con un trabajo a jornada completa, mientras que otros se llevan 5 regalados, aun habiendo, el profesor, sacado una foto de cómo copiaban del móvil. Me siento vacilada. 

Hace un par de semanas coincidí con mi tutora en la hora de comer, que me quedé en el comedor de la escuela y se sentó en mi mesa. Estuvimos hablando y le dije absolutamente todo lo que pensaba. Que estaban premiando el mínimo esfuerzo, que estaban regalando aprobados cuando otras personas se estaban esforzando y que no era justo.

Pero esto ya no es que no me parezca justo, me parece que me están vacilando a la cara. O sea, me paso las noches durmiendo 4 horas para poder prepararme los exámenes y otro niñato que no hace absolutamente nada, que copia siempre pero que encima esta vez hasta le sacan foto, en vez de echarlo del examen con un cero le regalan un 5????? Siento RABIA.

Y aparte también está de nuevo esa sensación de que algo se acaba, bueno o no, pero algo en lo que llevo dos años, y me quedo colgada en la incertidumbre. Con un trabajo que no me entusiasma y que no sé cuándo se me terminará el contrato. A finales de mes empiezo las prácticas, que también tendré que compaginar con el trabajo, de nuevo gente nueva, situaciones nuevas, pidiendo favores para acoplar turnos... no se si voy a poder con todo. Me estresa esta situación. 

Y luego el verano. El fin totalmente con todo lo que me vincula al curso. Y a las personas que he conocido. Porque el verano pasado no quedamos ni un simple día. Mi incapacidad de hacer amigos. Me refiero a AMIGOS, no a conocidos de clase. Esas personas con las que he convivido dos años y que a partir de ahora sólo los veré por instagram, con esas frases de "a ver si quedamos algún día" que nunca vienen. 

No sé. Estoy triste. Decepcionada. Desilusionada. Con miedo. Me siento desprotejida. Quiero llorar. Siento que caigo al vacío de nuevo, sin encontrar mi lugar. 

Pero tengo una noticia nueva. Me escribió Ale hoy. El chico de Alicante. Consiguió que le dieran dos días libres la semana que viene para juntarlos con el fin de semana. Un año que no nos vemos. Dentro de una semana lo voy a poder abrazar. Por fin un sitio donde siento que me quieren, que no soy una extraña. 

2 comentarios:

  1. Terminar cosas siempre da un poco de pavor, porque tienes que empezar en la zona desconocida y no sabes qué te vas a encontrar. Puede ser bueno o puede ser malo, pero hay que intentarlo. Sí que es un asco que los profes no se esfuercen ni un mínimo por la gente que lo hace... pero bueno, piensa que ya lo dejaste todo atrás.

    Y no es todo tan malo. Por lo menos podrás ver a Ale :D Seguro que será una visita encantadora ^^ Inconstancia, puede, pero lo bueno es que sigas volviendo después de tanto tiempo sin pasarte :)

    ResponderEliminar
  2. Te felicito por el ciclo culminado. Y entiendo tu enojo por las injusticias de las que fuiste testigo, pero trata de no darle muchas vueltas a eso porque pasa en todos lados, lo único importante es que que te enfoques en vos misma y en tu crecimiento personal.
    A mi me pasa lo mismo, tengo el mismo problemita a la hora de hacer amistades reales. Amigos creo que tengo muy pocos y a veces no los considero como tal. Pero espero que disfrutes mucho de la presencia de Ale y le des muchos abrazos. Pasala lindo.
    Un beso

    ResponderEliminar

I´m Sorry

Desde aquí quiero decirte que lo siento. Me respondo tus preguntas. A mí misma, ya que a tí no pude respondértelas. No sé qué me pasa, pe...